Queridos hermanos en Cristo, como todos lo hemos experimentado, este año pasado ha sido un año bastante turbulento y lleno de temor y suspenso, pues no sabíamos adonde nos dirigíamos con todo lo que estaba pasando con la pandemia y las diversas situaciones que esta causó en la economía, en la casa, en la salud de muchos de nosotros y en las comunidades parroquiales.
Cuando Dios tuvo a bien pensar en la mujer, vio que el hombre se sentía solo y tuvo la gran idea de darle una compañera.
A esta la llamó Eva pues sería la madre de todos los vivientes