Cada 29 de septiembre la Iglesia Católica celebra la fiesta de tres Santos Arcángeles: San Miguel, San Gabriel y San Rafael.
La palabra Arcángel proviene de las palabras griegas ‘Arc’ que significa ‘principal’ y ‘ángel’ que es ‘mensajero de Dios’. Al respecto, San Gregorio Magno precisa que “los que transmiten mensajes de menor importancia se llaman ángeles, los que anuncian cosas de gran trascendencia se llaman arcángeles”.
JERARQUÍA ANGÉLICA
Según explica el portal católico Catholic.net, la jerarquía angélica contempla tres niveles: suprema, media e inferior. En la suprema se ubican los querubines, serafines y tronos, mientras que en la media las dominaciones, virtudes y potestades.
En la jerarquía inferior los principados, arcángeles y ángeles. La misión de los ángeles es ayudar a los hombres a llegar a la salvación eterna, guiándolos y protegiéndolos de los peligros de alma y cuerpo; mientras que los arcángeles vienen a ser los “asistentes” de Dios, ángeles que están al servicio directo del Señor para cumplir misiones especiales.
La Biblia solo da el nombre de tres Arcángeles: Miguel, Rafael y Gabriel. Los otros nombres (Uriel, Barachiel o Baraquiel, Jehudiel, Saeltiel) aparecen en libros apócrifos de Enoc, el cuarto libro de Esdras y en literatura rabínica.
LOS TRES ARCÁNGELES
Sobre ellos, el Papa Francisco dijo que “tienen un papel importante en nuestro camino hacia la salvación”. “El gran Miguel es el que hace la guerra al diablo”, al “gran dragón”, a la “serpiente antigua”, que “nos molesta en nuestra vida”.
En su homilía de la Misa celebrada en 2017, con motivo de la fiesta de los tres arcángeles, recordó el libro del Génesis y cómo Eva se dejó seducir por la serpiente para que comiera del fruto prohibido. “Esto es propio del diablo. Nos vence por la seducción y después nos acusa ante Dios: ‘Es mío. Esto me lo llevo conmigo’”.
“Y Miguel le hace la guerra. El Señor le pide hacer la guerra. Para nosotros que estamos en camino en esta vida nuestra hacia el cielo, Miguel nos ayuda a hacerle la guerra, a no dejarnos seducir”.
De Gabriel, señaló que tiene la función de “llevar buenas noticias, es el que llevó la noticia a María, a Zacarías, a José”: la noticia de la salvación. Pero también nos recuerda que “Jesús ha venido con nosotros” para salvarnos.
Sobre Rafael, resaltó que “camina con nosotros” y protege de “la seducción de dar el paso equivocado”.
SAN GABRIEL
Su nombre significa “fortaleza de Dios”. En el Antiguo Testamento, San Gabriel Arcángel aparece en el libro sagrado de Daniel explicándole al profeta una visión del carnero y el chivo (Dn. 8:16), así como instruyéndolo en las cosas futuras (Dn. 9,21-27). En los Evangelios, San Lucas (1,11-20) lo menciona anunciando a Zacarías el nacimiento de San Juan Bautista y a María (Lc. 1,26-38) que concebiría y daría a luz a Jesús.
San Gabriel Arcángel, patrono de los comunicadores, es conocido como el “ángel mensajero”, se le representa con una vara de perfumada azucena y es patrono de las comunicaciones y de los comunicadores porque trajo al mundo la más bella noticia con la Anunciación.
SAN RAFAEL
Su nombre en hebreo es “Dios sana”. El único libro sagrado que menciona a San Rafael Arcángel es el de Tobías y figura en varios capítulos. Allí se lee que Dios envía a este arcángel para que acompañe a Tobías en un viaje, en el que se casó con Sara, una mujer cuyos maridos fueron asesinados por el demonio Asmodeo.
De igual manera, San Rafael le indicó a Tobías cómo devolverle la vista a su padre. Por esta razón es invocado para alejar enfermedades y terminar felizmente los viajes.
SAN MIGUEL
El nombre del Arcángel Miguel viene del hebreo “Mija-El” que significa “¿Quién como Dios?” y que, según la tradición, fue el grito de guerra en defensa de los derechos de Dios cuando Lucifer se opuso a los planes salvíficos y de amor del Creador.
San Miguel es mencionado por su nombre en tres libros de la Escritura: en el libro de Daniel se le describe como ‘uno de los principales príncipes’ en la jerarquía celestial; en Judas se dice que San Miguel había peleado con el diablo por el cuerpo de Moisés; y en Apocalipsis, San Miguel y sus ángeles son representados luchando contra el diablo y arrojándolo del cielo.
La Iglesia Católica ha tenido siempre una gran devoción al Arcángel San Miguel, especialmente para pedirle que nos libre de los ataques del demonio y de los espíritus infernales. Se le suele representar con el traje de guerrero o soldado centurión poniendo su talón sobre la cabeza del enemigo.
— Condensado de Aciprensa y Catholic.net