La comunidad hispana en general ofreció un sentido y cariñoso homenaje a la Virgen de Suyapa, patrona de Honduras, encarnada en una pequeña imágen en madera de unos pocos centímetros. (Fotografias proporcionadas por Evelyn Bermúdez)Suyapa, Honduras, Quebrada del Piliguín, 1747: Año en que se escribe una nueva historia de fe, esperanza y oportunidad de conocer a Nuestra Madre Santísima en todo su esplendor. Se revela por primera vez en esta nación en una pequeñita imagen de madera que mide alrededor de seis centímetros y medio de alto, con su vestido en color palo rosa cubierto con un manto que reflejaba una noche oscura llena de estrellas, como en el momento de su aparición a los jóvenes Colindres y Martínez.
Hoy, 278 años después, seguimos venerando a la Madre de Jesús en la advocación de Nuestra Señora Virgen de Suyapa, el día 3 de febrero de cada año. Fue declarada Patrona de Honduras por el Papa Pío XI en 1925, y conmemoramos hoy 100 años desde que se le confirió ese título.
Madre de todos
Sin importar nacionalidad o raza, aquí en la parroquia Santa María en Greensboro, nos regocijamos en celebrar por cuarto año consecutivo a nuestra Madre Santísima, Patrona de Honduras, este pasado sábado primero de febrero, en un evento organizado por la feligresa y colaboradora Ana Corea.
Feligreses hondureños y de otros países como México, El Salvador, Santo Domingo, Costa Rica, Nicaragua, Colombia y muchos más, iniciaron felizmente la festividad regalándole un ramillete de rosas a nuestra Madre Celestial con el rezo del Santo Rosario, seguido de la celebración de la Santísima Eucaristía presidida por el Padre Alexander Palacios C.M., en compañía del concelebrante, párroco Juan Timlin C.M., y el Diácono Enedino Aquino.
La liturgia fue amenizada con hermosas alabanzas interpretadas por el coro de Burlington ‘Son de Cristo’, bajo la dirección de Daniel Flores.
En esta Santa Misa tuvimos la oportunidad de conocer más detalles de la historia de “La Morenita”, así llamada por quienes le tienen un profundo cariño y respeto.
En la presentación de los dones, jóvenes y familias de la comunidad entregaron las 12 estrellas que representan a los doce Apóstoles, las 12 tribus de Israel, que es el pueblo elegido de Dios.
El Rosario, representando las rosas a modo de oración; las flores, en recuerdo de la creación de Dios y la belleza de su obra; las velas, simbolizando a Jesús, la luz del mundo; y el pan y el vino, Cuerpo y Sangre de Jesucristo, alimento sagrado de nuestras almas fortalecidas por el Espíritu Santo.
La tarde finalizó con un convivio donde todos pudieron deleitarse con una muestra de la rica cultura hispana, destacando bailables folclóricos presentados los grupos de danzas ‘Suyapa’,
‘Los Viejitos’, ‘Los MiniViejitos de Santa María’ y el grupo de danza mariana ‘Las Hijitas de María’.
Además, se disfrutó de ricos platillos hondureños como tamales de pollo envueltos en hoja de plátano, las deliciosas ‘baleadas de frijol y queso’, típica horchata, y hasta un rico champurrado de grano.
— Evelyn Bermúd, Especial para Catholic News Herald