“¡Cómo nos ama Dios, que nos ha enviado a su Madre! En aquel tiempo, cuando predominaba la cultura de la muerte, ella vino a proclamar una cultura de la vida. Con firmeza declaró: ‘Yo soy la Madre del verdadero Dios por quien se vive; no más sacrificios.’ Hoy, en medio de tantas preocupaciones, estrés, ansiedad y oscuridad, María nos ofrece un modelo de esperanza. Ella, envuelta con la luz del sol, nos muestra que también nosotros podemos encontrar calor en el frío y luz en la oscuridad. Esa luz, la de María y de su Hijo, continúa iluminando nuestro sendero, dándonos confianza y esperanza en un mundo lleno de desafíos”.
— Padre Marvin Navas, párroco de la Iglesia Nuestra Señora de Guadalupe