diofav 23

Catholic News Herald

Serving Christ and Connecting Catholics in Western North Carolina
Pin It

CHARLOTTE — Desde el miércoles 26 de noviembre, el Consejo de los Caballeros de Colón de la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe inició su tradicional venta de arbolitos de navidad naturales a los feligreses del área metropolitana de Charlotte.

Así lo dio a conocer Héctor Guerra, Gran Caballero del Consejo 17501, primero en español a nivel nacional formado en esta parroquia Guadalupana.

La atención se realiza diariamente desde las cinco de la tarde hasta las 9 de la noche, ampliando el horario durante los fines de semana, ofreciendo dos tamaños para la venta: cinco y seis pies de altura.

Las personas seleccionan el arbolito de su preferencia, el que luego es recortado al tamaño elegido. Los voluntarios le colocan una malla de protección que cubre todas las ramas, y lo fijan con cuerdas a su vehículo.

“Nos aseguramos que no se vayan a volar las ramas, tenemos los lazos para amarrarlo al techo de su vehículo, o lo colocamos en la parte de atrás de su camioneta. Vemos que no vayan a tener ninguna clase de problema durante el traslado del arbolito hasta su hogar”, dijo Guerra.

Respecto al precio de los árboles naturales, dijo que varía entre 45 y 65 dólares.

“Todos nos beneficiamos. Ustedes, porque van a encontrarlo al mejor precio. Y todos nosotros como comunidad, porque el dinero recaudado se destina a las obras de beneficencia que realiza la parroquia”, añadió.

Además, señaló que si alguna persona siente en su corazón que puede aportar un “poquito más por el árbol”, puede dejar una donación extra o puede dejar un arbolito pagado”, porque hay familias que no tienen cómo pagar un arbolito y, teniendo los arbolitos que son de donación, alguien que no tiene los medios puede llevarse uno.

El año pasado, informó, gracias a esta actividad se recaudaron más de dos mil dólares que fueron donados a la Casa Marillac, obra de caridad de la parroquia que asiste con despensas de alimentos a las familias necesitadas, sin distinciones de ningún tipo.

Los arbolitos, precisó, provienen de las montañas de Carolina del Norte, son de calidad y frescos, “recién cortados”.

Guerra aprovechó la oportunidad para realizar una invitación a los feligreses a unirse a los Caballeros de Colón.

“Es una bonita experiencia. Se vive trabajando para la comunidad, trabajando para el proyecto de Dios aquí en la Tierra, ayudando al que necesita, invirtiendo el poco de tiempo que nos queda libre en algo productivo”.

Los Caballeros de Colón, una organización fraternal católica de beneficencia, fue fundada en 1881 por el sacerdote Michael J. McGivney para ayudar a inmigrantes católicos, especialmente irlandeses, que enfrentaban dificultades de todo tipo en Estados Unidos.

“Igual nos pasa a nosotros ahora, pero estas organizaciones ayudan a los inmigrantes, y a uno mismo, a poder encontrar sentido a la vida ayudando a otros”, dijo Guerra.

— César Hurtado